14.9.06
Situaciones estúpidas que a nadie le interesan
Caminaba con la Ale por Almirante Barroso. En Cumming cada una enfiló para su lado. Había avanzado un par de cuadras cuando una abuelitapequeña y encorbada, pero muy arreglada de cartera, bolsa para el pan y cabeza de ajo(por lo blanca) me detiene:
-Abuelita (A): ¿Señorita, dónde venden pescado?
-Yo (con cara de plop): Ehh...sabe que no sé.
-A: Pero si había un local, yo siempre me bajo en la iglesia y camino por este lado de la vereda.
-Yo: Chuta -no podía decir chucha, si era una abuelita-, en verdad lo único que veo por aquí es un restaurant chino, quiza en el supermercado que está más allá, cerca del metro.
-A: Ah...y ¿Que calle es esta?
-Yo: Cumming señora.
-A: Si mijita, yo me bajaba con mi sobrina en la iglesia y caminábamos por acá. La "X" (no recuerdo el nombre que me dijo) le gustaba comprar acá porque se lo daban sin espina. Ya gracias, cuidese y que Dios la bendiga.
-Yo: Ok, gracias.
Seguí caminando y me acorde que tenía que llamar por celular. Buscque en el bolsillo de la parka y no estaba, busqué en el otro bolsillo...tampoco. Igual suerte en el pantalón. "Cresta", me dije. Abrí mi bolso y escarbe entre todos los papeles, pilas y hueaitas que se encuentran: NADA. La hilera de chuchadas hacia mi misma era infinita. ¿Dónde cresta lo dejé? ¿Se me quedó en el casino, cuando compré la coca cola ó en los computadores? Dí media vuelta y enfilé hacia la u con desesperación cuando me llevo la mano al bolsillo del polerón: ¡Ahí estaba el maldito teléfono!
-Abuelita (A): ¿Señorita, dónde venden pescado?
-Yo (con cara de plop): Ehh...sabe que no sé.
-A: Pero si había un local, yo siempre me bajo en la iglesia y camino por este lado de la vereda.
-Yo: Chuta -no podía decir chucha, si era una abuelita-, en verdad lo único que veo por aquí es un restaurant chino, quiza en el supermercado que está más allá, cerca del metro.
-A: Ah...y ¿Que calle es esta?
-Yo: Cumming señora.
-A: Si mijita, yo me bajaba con mi sobrina en la iglesia y caminábamos por acá. La "X" (no recuerdo el nombre que me dijo) le gustaba comprar acá porque se lo daban sin espina. Ya gracias, cuidese y que Dios la bendiga.
-Yo: Ok, gracias.
Seguí caminando y me acorde que tenía que llamar por celular. Buscque en el bolsillo de la parka y no estaba, busqué en el otro bolsillo...tampoco. Igual suerte en el pantalón. "Cresta", me dije. Abrí mi bolso y escarbe entre todos los papeles, pilas y hueaitas que se encuentran: NADA. La hilera de chuchadas hacia mi misma era infinita. ¿Dónde cresta lo dejé? ¿Se me quedó en el casino, cuando compré la coca cola ó en los computadores? Dí media vuelta y enfilé hacia la u con desesperación cuando me llevo la mano al bolsillo del polerón: ¡Ahí estaba el maldito teléfono!
Segura que lo que encontraste en el bolsillo fue tu celular y no un pescado sin espinas?
Si, porque no tenía aquel olorcillo característico del pez.
lo que escribiste fue ficción?
Me gustó la idea (ya c q fue verdad). A ver si c me ocurre inventar weas que me pasan en mi blog xDDD.
voy a esperar q se me ilumine mi cabeza (cerebro) xDDD.
saludos pame
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