19.6.06

Yo aliento.


El fin de un sueño nunca es fácil, quedar eliminados a manos de un rival 'clásico' tampoco. Pero creo que el tiempo que llevo en esto -mas de la mitad de mi vida- me ha enseñado a ir asimilando las cosas, a analizar más y canalizar los momentos más difíciles.

Lo del domingo dolió y harto, pero en cierta medida algunos sabíamos los problemas de la UC para este semestre. Las razones fútbolisticas de no revalidar el título son dos, centralmente: la falta de recambio y que en todo lo que va del año jamás supimos cerrar un partido. Cuando juegas dos campeonatos paralelos no puedes traer un sólo refuerzo, faltó meterse la mano al bolsillo y sacar el billullo. Falta aquella cuota de riesgo, de apuesta y porqué no decirlo de fé, en que dentro de toda esta mierda que envuelve al fútbol chileno hay una institución superior: Universidad Católica.

Me importa una raja lo que piense el resto, de verdad. Me río en sus caras y dejo que celebren, que festinen con la desgracia ajena. Quédense con su hinchada, con sus copas, yo miro lo mío, eso es lo que me importa.
Igual comprendo tanta felicidad, mal que mal hicieron historia ganándonos una definición después de cuarenta y algo de años...es comprensible que estén tan contentos. Lo divertido es que se les olvidó de un plumazo la quiebra - si chuncho hueón quIebra, no 'quebra'- y el escándalo de las entradas... a los otros les importa una mierda ser una empresa. Filo total nunca peliaron por algo distinto y eso lo saben.


No me arrepiento de ninguna locura por esta camiseta. Es inexplicable como palpita el corazón cuando el equipo sale a la cancha, es inexplicable cantar hasta que la garganta no te de más -sea el resultado que sea-, es inexplicable la felicidad de celebrar un gol y salir a repartir abrazos a todos los que tienes cerca (los conozcas o no). Es increíble ver como en dos segundos estás encaramada en la reja celebrando, cuando Conca metió ese tiro libre contra los gringos; cuando el Edu metió ese penal en la primera final del año pasado...

De los minutos complicados, cuando sientes que se te quiebra el alma en mil pedazos, ahí están
mis amigos...mis hermanos de sangre cruzada y lealtad infinita. Una de las mejores cosas que he obtenido gracias a la Cato son mi amigos del alma. Derrepente nos peleamos, pero siempre que se necesita un hombro, una mano están ahí. Aunque estemos todos hechos mierda se cae uno y el otro lo levanta. Nunca solos, siempre uno sólo, hemos sabido surguir a los escollos que el tiempo ha colocado y si seguimos donde estámos es por algo: Porque lo nuestro es real.

En felicidad, claro que lo están. Me acuerdo del partido en la Bombonera..todos vueltos locos, creo que nunca he cantado tanto en mi vida. Fué adrenalina pura de principio a fin. Para el primer gol nos queríamos comer el estadio... corríamos, saltábamos gritábamos; el segundo gol fue el caos total...yo me puse a llorar. De felicidad, de incredulidad, que se yo...todavía no logro decifrarlo. Lo único que me acuerdo después es ver a todos el montocito y a mis grandotes viejotes -jajaja no se enojen- como cabros chicos. Alguna vez escribire sobre aquél viaje, de verdad que lo merece.

Me acuerdo también de la final. Los nervios de ir a los malditos penales que nos habían negado la felicdad antes. Nunca hubo mayor tensión en una galería... Algunos rezaban, otros miraban para otro lado, vi a varios tomados de las manos con otros. Fui a la reja y me dije 'este es el momento de que las putas cábalas funcionen, no hay más'. Fume un cigarro por cada dos penales, me agachaba cada vez que se pateaba uno... Diganme loca pero yo sabía que el Tati le atajaba la masita insípida a Waldo Ponce. No celebré aquello, más bien hice un histérico llamado a la calma. Chapita frente al balón 'Ayyy este cabro conch.... patéala hueón, patéala con el alma': gol y mi corazón que volvía a latir. Llega el turno del Polo y un amigo me decía 'Este es, este es el gol que la falta al Polito'. Creo que recé, pese a que no soy creyente...pero a alguien invoqué en esa noche de diciembre. Todo se volvió silencio y el Polo corre, la pelota entra y somos campeones: locura.
De ahí se nublan un poco las cosas... me llevé las manos a la cara y me puse a llorar como magdalena. Viene Zhyan me abraza y nos ponemos a llorar juntos de nuevo, como cabros chicos, como si se nos hubiese muerto alguien. Ahi estuvimos como 5 minutos llorando a mares 'Campeón, campeón conchatumadre', era lo único que salía dentro del llanto desesperado. Me acordé de mi primo que estaba en Estados Desjuntos trabajando, no se porqué, pero quería que estuviese ahí conmigo. Una vez más, en un tiempo ultra difícil, la UC me cumplía y me daba un regalo para equilibrar las cosas.

No se a que hora llegué a la casa, pero en Santa Rosa corrieron las cervezas y los abrazos. Me encontré con demasiada gente, di más abrazos que en 40 año nuevos juntos. Después a Plaza Italia, subiédome al monumento, tirándonos guatazos en el pasto. Absoluta y bella felicidad.

Pensar que eso fue hace un par de meses y el domingo, el mismo rival nos dejó afuera. Así es el fútbol, algunas veces te toca perder. Pero los lazos crecen y crecen con el tiempo. Porque alentar es algo tan pero tan lindo que no tiene comparación con nada en la tierra. El sentimiento de ser, pertenecer y defender está arraigado y nadie podrá jamás contra ello.
Católica es mi vida, mi sangre, mi alma, mi corazón. De ello no cabe duda y no me averguenza decirlo. Conocer lo dulce y lo amargo de la vida, pasar frío, gastarme la plata que no tengo, dejar responsabilidades de lado...uff tantas cosas que si me detuviera a enumerarlas todas no terminaría nunca.


Tu eres mi amigo del alma mi buen compañero...
Tu eres pasión, mi locura, todo un sentimiento...
Por eso te pido que dejes la vida en la cancha,
el resto lo pone tu hinchada que aquí te acompaña.
Nosotros pasamos momentos muy tristes y alegres...
Y esta hinchada alentándote estuvo presente,
a mi no me importa si ganas, empatas o pierdes,
Nosotros seguimos cantando Cato hasta la muerte:

Dale dale dale ohhh
Dale dale dale ohhh
que la Cato es mi pasión
Lo llevo en el corazón...



Se pueden decir muchas cosas en este minuto, que podrían caer en redundancia, pero creo que una de las cosas que nos dferencia de los demás es que nosotros somos hinchas del equipo, de los colores, de nuestra sangre, no de las copas y los trofeos del pasado, ni somos hinchas de "la hinchada", al parecer único orgullo que tienen aquellos.

Es verdad, el fútbol te da alegrías y frustraciones, pero también da revanchas, y citando a un ex Presidente de la República "más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas...", nosotros, más temprano que tarde, seguiremos entusiasmándonos con esos colores, con ese equipo que entra a dejarlo todo, "alma corazón y pan..."

Un gran saludo chiquilla, ojalá la simpleza de estas palabras ayude a pasar este triste (pero a la vez fugaz) momento que vivimos todos los CRUZADOS de corazón.

Nos vemos.

José Tomás  


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