¿Y que dijo el otro?

Hoy fue día de eleccciones. Tres en una, (presidente, senador, diputado) lo que en teoría presagiaba que el "trámite" fuese más largo de lo normal. En todos los noticiarios llegaron a la gente con recomendaciones y miedos, que en realidad no dejan ser más que advertencias...pero el chileno derrepente tiene esa tendencia a exagerarlo todo, por lo que iba dispuesta a ver a señoras con sendas botellas de agua, abanicos y bloqueador solar, para capear los treinta y algo más de grados que pronosticaban uno de los tantos chic@s del tiempo.

La más entusiasmada en toda la casa era mi hermana. Con 9 años, estaba que 'cortaba las huinchas' porque fueramos a votar (con mi mamá nos toca en el mismo lado, distintas mesas); ¡¡me estuvo despertando desde las 9 a.m!! Cantaba, me gritaba... bien merecido se gano el calcetín sucio y la polera que le tiré por la cabeza jajajaja.

Llegamos al colegio respectivo y había un conjunto de filas en forma de serpientes, asi que había que llegar hasta el principio y seguir la culebreada forma de mujeres de toda edad. Por suerte mi mesa es maravillosa, nunca he esperado mas de 10 minutos para votar, asi que llegue, mantuve la típica conversación de "espera que me atiendan" (que la puedes encontrar cuando vas a pagar una cuenta, entras a un recital ó a un partido de fútbol, entre otras cosas), entre, voté y listo. Para mi mala suerte, justo antes que entrara, una de apoderadas de la mesa agarra un frasco con tinta azul y deja caer varos goterones sobre esa esponjita en la cual uno deja caer el pulgar...

El dedo me quedó perfectamente azul y así estuvo toda la tarde, no había caso que saliera. Para no ser menos, la Consu también se timbró el dedo -en realidad hizo todo el proceso, mi vieja no tuvo más que firmar el librillo- y salió muerta de la risa mostrando su pequeño y azulillo pulgar.

Pasará un mes antes de repetir la gracia otra vez, lamás contenta, adivinen quién es...